¿Para qué piensas que tienes tu capacidad de raciocinio? A diferencia del resto de las especies del planeta, claramente el ser humano tiene una inteligencia que nos permite razonar y concebir el mundo a través de procesos mentales complejos que nos llevan más allá de solamente utilizarla para resolver problemas inmediatos, como por ejemplo el caso de tus primos los chimpancés.
En parte debido a esto, nos gusta pensar que razonamos para analizar el mundo y llegar a las conclusiones más correctas posibles. Después de todo, los instintos solo nos pueden llevar hasta cierto punto, y en los humanos utilizamos es el raciocinio y el análisis concienzudo para llegar a las conclusiones reales de cómo funciona el mundo.
¿Qué pensarías si te dijera que esto está muy alejado de la realidad? ¿Qué pensarías si, contrario a lo que les gusta creer hasta a muchos científicos, la capacidad de razonar de la especie humana no evolucionó para analizar la realidad objetivamente, y ni siquiera es buena para ello?
No razonas, buscas confirmar
Lo puedes comprobar, si te lo propones, todos los días en lo que decides en tu vida diaria. Es solo que, como muchos otros aspectos de cómo funciona nuestro cerebro, lo haces inconscientemente. En otras palabras es evolutivo; y a la evolución no le interesa que sepas cómo o por qué funcione, sino solamente que funcione. O que haya funcionado. Déjenme explicarlo.
Si alguna vez has sido parte de una discusión, seguramente lo experimentaste. Se llama el Sesgo de Confirmación, y en pocas palabras significa que tú tienes una creencia o idea y en consecuencia, casi mágicamente, utilizando tus habilidades racionales humanas, encuentras argumentos que apoyan tus creencia o idea y al mismo tiempo argumentos para desacreditar o ignorar los argumentos que van en contra de lo que crees. Sean los tuyos los correctos o no.
Y esto precisamente no es nada más que una forma de raciocinio que es tan común que estudios modernos están demostrando que de hecho puede ser la razón principal por la que podemos razonar.
“El raciocinio no evolucionó para ayudarnos a llegar a la verdad; el razonar fue diseñado por la evolución para ayudarnos a ganar discusiones”, explican Hugo Mercier y Dan Sperber, científicos cognitivos autores de The Enigma of Reason y también de un estudio que analiza esta tendencia cognitiva específica en el marco evolutivo.
La teoría argumentativa del raciocinio
Según la propuesta evolutiva de Mercier y Sperber, la capacidad de raciocinio del ser humano no evolucionó para lo que por mucho tiempo inclusive la psicología como ciencia ha establecido: analizar y llegar a conclusiones reales, correctas o de llegar a las mejores decisiones.
La capacidad humana de razonar evolucionó en nuestra especie simplemente para ayudarnos a participar en discusiones. Y esto lo podemos comprobar diariamente ya que la evidencias siempre nos han mostrado que el raciocinio produce distorsiones en el conocimiento y nos lleva muchas veces a decisiones incorrectas.
Tendencias naturales con doble filo
Así como el Sesgo de Confirmación, existen tendencias de raciocinio naturales que el ser humano, por más racional que sea, no deja de utilizar a pesar de distorsionar la realidad a su favor.
Como por ejemplo la disonancia cognoscitiva, o el problema que encontramos cuando nos negamos a sostener dos realidades o aspectos diferentes sobre el mismo tema o situación y, por naturaleza, tendemos a desechar una de las dos, como si ambas juntas no cupieran en nuestra cabeza.
Y jugando al mismo tiempo en favor de la creencia o prejuicio que ya tengamos desde antes, también está el razonamiento motivado, es decir la tendencia a creer primero y con más fuerza los argumentos en favor de lo que ya creemos de antemano.
Obviamente estas tendencias no dejan de meternos en aprietos al ayudarnos a decidir, muchas veces, de manera errónea.
La pregunta que debemos hacernos ahora es ¿si por decenas de miles de años la razón argumentativa nos funcionó como especie, por qué ahora nos mete en problemas?
Por el simple hecho de que desde hace solamente unos miles de años, cambiamos nuestro ambiente de manera que estas habilidades de la mente ya no funcionan en la modernidad como funcionaron por las decenas de miles de años que el ser humano vivió en un ambiente mucho mas cortoplacista; un ambiente en el cual defender tu punto en una discusión grupal era la mejor manera de llegar a una solución que le funcionara a todos juntos.
Como animales sociales, la razón pudo haber evolucionado simplemente para que cada individuo aportara su punto y entre todos encontrar el punto medio, y en consecuencia casi siempre el más útil. Y tan útil que aquí estamos como especie, lo que quiere decir que de una o de otra forma les funcionó a nuestros ancestros.
¿Entonces la razón no sirve para razonar de verdad?
Claro que la capacidad humana de razonar sí funciona para buscar y encontrar la verdad, o al menos razones reales. Pero no es tan fácil como individualmente nos gusta suponer. En otras palabras, sí podemos razonar de verdad, pero solamente como función alternativa.
Al igual que otras características biológicas o psicológicas que evolucionaron para algo en específicos pero que al mismo tiempo tienen una función secundaria (como por ejemplo el lenguaje), razonar es una de esas características del ser humano que a pesar de que al parecer apareció en la especie para defender nuestro punto al discutir, también sirve para procesar información individualmente si se lleva a cabo de la manera correcta. Y por las personas correctas.
El método científico
Una de las actividades que como sociedad nos permitió el advenimiento de la modernidad es la ciencia. Cuando la humanidad tuvo la suficiente comida como para que pudieran existir empleos especializados, las personas más inclinadas a razonar y analizar la naturaleza comenzaron utilizar lo que hoy conocemos como el método científico, una manera por la cual el raciocinio puede funcionar con los menores sesgos posibles.
Y como este tema del método científico es algo que merece un artículo aparte, aquí dejaremos este tema. Por ahora es suficiente concluir con el hecho de que nuestra capacidad de razonar sí puede ser utilizada (y lo es) para buscar la verdad, pero implica ser conscientes y utilizar estratagemas para evitar los naturales sesgos cognitivos que la evolución nos heredó.
¿Qué te llevas de esto?
Que no eres tan inteligente como crees. Al menos no cuando utilizas la capacidad de razonar de la misma forma en la que siempre la ha utilizado la humanidad en general por decenas de miles de años.
Sin embargo, sé consciente de que eso no significa que no funcione. Lo ha hecho por decenas de miles de años. Pero sí significa que no tenemos nuestra capacidad de raciocinio para utilizarla individualmente, sino para hacerlo en grupo, en sociedad. Otra prueba más de que nuestra especie evolucionó siendo y para seguir siendo social.
¿Por qué crees que siempre ha existido la figura del “amigo confidente” o de los “grupos de ayuda”?
Y si tienes tendencias a analizar la realidad sin tantos sesgos como la gran mayoría (y lo has comprobado), probablemente te conviene una carrera en las ciencias, las cuales tampoco están libres de sesgos naturales, pero eso también es materia de un futuro post.