Hace ya un año publiqué sobre Por qué existen los celos. En ese post expliqué que los celos son una respuesta instintiva del ser humano (y de otras especies también) a cuidar lo que considera “suyo”, particularmente en el caso de la pareja sentimental o sexual.
Esta vez ahondaré en el tema relacionándolo con el polémico tópico del adulterio. Porque si algo es causa de celos es la sospecha de que nuestra pareja “esté saliendo con otro” o simplemente sienta atracción por otra. Hasta aquí todos dirán: “obviamente”. Pero la razón de ser de esta sección es explicar las razones escondidas para lo que muchas veces resulta obvio.
Freud estaba en lo correcto
A las personas les gusta pensar que el amor o una relación sentimental es algo especial, que los sentimientos amorosos por la pareja van más allá de lo sexual. No digo que no existan casos así, pero la verdad es que en la gran mayoría de las relaciones esa idea es solamente una ilusión. Como ya lo había notado Sigmund Freud, la realidad es que casi todo lo que hacen los humanos está directa o indirectamente relacionado a una cosa: el sexo. Y, aunque Freud no tenía en sus tiempos las bases biológico-evolutivas que tenemos hoy para respaldar su teoría, el famoso psicólogo le atinó al punto (aunque debo aclarar que muchas de sus “explicaciones” psicológicas me siguen sonando a obsesiones de Freud con el tema y no explican mucho en realidad).
Los celos existen porque a nadie le gustaría cuidar el “mono” de otro. Quienes están en pro de la adopción estarán en este momento poniendo cara de “eso suena inhumano”. Pero la verdad es que, natural, instintiva y genéticamente, la razón de ser de la reproducción sexual es que el individuo herede SUS genes a la siguiente generación, no los de otro. En pocas palabras, los celos existen para evitar en lo posible el “Caso Cuckoo”.
Como el cuckoo
El pájaro Cuckoo es una especie de ave que no cuida sus huevos. Para que sus pajaritos se desarrollen, son depositados en al nido de otra ave que se encuentre cuidando los propios. Así, el pájaro cuckoo nace en un nido que no es su familia y sus padres reales no tuvieron que preocuparse por ocupar su tiempo calendando el huevo ni alimentándolo. Esto es lo que pretenden evitar los celos humanos.
Pero ¿Por qué existe entonces el matrimonio? Se supone que técnicamente somos una especie monógama por la razones que expliqué cuando escribí sobre ¿Qué es el Amor? A diferencia de muchas especies, a los humanos les conviene más quedarse con una pareja por mucho tiempo debido a la inversión de esfuerzo mutuo que lleva criar a los hijos y a que entre dos padres es mucho más efectivo que dichos hijos se desarrollen de manera que tengan muchas más posibilidades de perpetuar la herencia genética de la familia.
Debido a que somos una especie monógama, no deberíamos preocuparnos por sentir celos. Pero, como dijo Homer Simpson: “En teoría Marge, en teoría”. La realidad es que el ser humano siempre se ha sentido más adelantado de lo que está en la cadena evolutiva. Si bien es un animal racional, la verdad es que aún no lo dejan (ni lo dejarán) sus genes animales. Así, somos una mezcla hasta cierto punto incongruente de instintos animales y pensamientos hasta cierto punto racionales. Pero, para el caso reproductivo, lo que gana es el animal.
Así que por eso es que, en promedio, del 10 al 30% de los niños que nacen no son de la pareja (sea novio, esposo o lo que sea) de la madre. El ser humano puede ser un animal monógamo…. Pero sólo hasta cierto punto. Y esa es la razón de los celos: el adulterio.
La igualdad sexual es una falacia
Debido a que el hombre solo aporta un pequeño esfuerzo en el proceso reproductivo y no debe preocuparse más que por copular con la mujer para hacer un hijo, su instinto le dice que puede (y hasta cierto punto debe) buscar otras opciones para dejar su herencia en la alberca genética de la especie y así tenga más posibilidades de que sus genes perduren. Es por esto que, si lo analizan, el hombre no se pone mucho “sus moños” a la hora de ser infiel.
Debido a que la mujer necesita gestar en su vientre y criar al hijo por mucho tiempo y en consecuencia esforzarse mucho más que el hombre, es más selectiva en su elección de pareja sexual. Sin embargo, esa misma necesidad de seleccionar muchas veces hace que la mujer busque en otros hombres lo que su pareja no tiene, o lo que debió dejar por obtener algo que le convenía más para criar a sus hijos. Y normalmente es por eso que elije “engañar” a su pareja con alguien más “guapo”.
Y lo que falta
Y ahí le paramos porque este tema tiene demasiada tela de donde cortar. Sus comentarios dirán si le seguimos. Chance y luego entramos en el polémico tema de quién pierde o gana más de ser infiel… y por qué la infidelidad de la mujer es más castigada que la del hombre.
Así que ahora ya tiene una explicación evolutiva sencilla de porqué los celos son consecuencia de la necesidad instintiva del leve adulterio en la especie humana. Y digo leve porque, si se ponen a ver el National Geographic verán que como especie monógama el humano es muy raro entre el resto de los animales.