Cambio Climático

Ya en los inicios de la primera version de este blog escribí un pequeño artículo sobre este tema y, aunque estaba enfocado en las declaraciones sensacionalistas que el ex vicepresidente de Estados Unidos Al Gore expresó en su famoso documental “An Inconvenient Truth”, en ese post expliqué brevemente cómo es que cuando se trata de temas científicos, no debemos llevarnos por lo que pregonen los políticos al respecto.

Precisamente con ese mismo enfoque y a manera de continuación del tema general de la utilidad que los gobiernos le dan al sensacionalismo, escribí ya hace más de un año sobre el Sensacionalismo en Los Medios. Y si ya van aprendiendo a hilar conceptos e ideas, se podrán dar cuenta que básicamente ésta vez extenderé el mismo tema pero enfocado en lo que a los medios le gusta llamar “El Catastrófico Cambio Climático”.

Y, desde ahora dejo en claro que mi punto de vista al respecto no es estando de ninguno de los dos lados por la simple razón de estar en contra del otro. Como casi siempre cuando se trata de temas complejos donde el método científico es lo más apropiado para estudiarlos,  ambos lados de la moneda pueden tener (y de hecho tienen) sus partes erróneas y sus partes ciertas. Así, mi enfoque al respecto es el de tomar en cuenta todos esos datos que al sensacionalismo práctico no le gusta tocar simplemente porque no le conviene… de ambos lados.

¿Nos estamos calentando?
La respuesta rápida a esta pregunta es: claro… por ahora. Pero obviamente no los dejaré con el sentimiento de que deben creerme solo porque lo digo. La razón de que sí esté aumentando la temperatura del planeta y yo lo comente tan naturalmente es que los cambios climáticos del planeta son naturales y normales. La leyenda urbana de que existe un equilibrio de la naturaleza es solamente eso, una leyenda. De hecho lo que impera en la naturaleza es el desequilibrio. Este desequilibrio es lo que fomenta no solo la existencia del clima, sino de la vida misma en el planeta Tierra. Los ecosistemas del mundo se encuentran todo el tiempo en constante cambio y desequilibrio, incluido el Clima.

Resulta que de hecho la humanidad pudo evolucionar en la Tierra solamente cuando el planeta salió de la última era glacial. Investigaciones paleontológicas y arqueológicas han propuesto que el aumento de la temperatura hace unos cuantos millones de años fue lo que permitió a nuestros ancestros sobrevivir en el suelo de las sabanas africanas y dejar los árboles donde antes vivían. En pocas palabras, el calor es lo que nos ayudó a poder existir y estarnos preguntando sobre el mismo hoy.

Pero el calor no dura para siempre. Debido a un sinnúmero de elementos y relaciones, el clima de la Tierra cambia constantemente y nunca ha durado demasiado tiempo en un rango específico. Y así seguirá siendo. Algún día la siguiente edad del hielo llegará y mientras llegue el clima aumentará y disminuirá unos cuantos grados, estemos o no los humanos en la Tierra.

La catástrofe
La realidad es que debemos preocuparnos por la contaminación, por el abuso de los combustibles fósiles, por el sobreuso de la tierra y por muchas otras situaciones que los ambientalistas defienden. Pero cuando se trata de temas que solamente un exhaustivo estudio científico (o varios) puede analizar, no podemos dejarlo en manos de opiniones políticas o “humanitarias”.

Lo que los movimientos ambientalistas pregonan como catástrofe muy probablemente será solamente un  pequeño cambio al cual la humanidad, si aprende de sus errores del pasado, podrá adaptarse o inclusive utilizar a su favor. Pero que quede claro el “si aprende de sus errores del pasado”. Y ya saben mi punto de vista sobre la combinación humanidad-errores del pasado.

Es importante preocuparnos por cuidar el medio ambiente no porque estemos calentando al planeta con nuestra industrialización, como dicen los que defienden el supuesto catastrófico cambio climático, sino por el simple hecho de que dependemos de él. Pero, lamentablemente a los gobiernos y a quienes mueven las economías mundiales lo primero que les interesa es el aquí y ahora.  Así, las verdaderas futuras catástrofes no vendrán del cambio climático sino de la falta de capacidad de la humanidad para adaptarse al cambio (climático o de cualquier otra índole). Solo pregúntense: ¿por qué no se ve aun para cuando dejaremos de depender de los combustibles fósiles, los cuales sabemos no durarán para siempre, y de hecho se espera se vuelvan escasos muy pronto? Sin duda, el negocio está primero.

El control ante todo
Pero  ¿en realidad creen que el susodicho calentamiento global es solamente una manera de llamar la atención de los medios y una manera de sentirse que hacen algo de los que lo “combaten”?  Si nos ponemos a analizar los orígenes del tema y sus consecuencias en la cultura global, podremos darnos cuenta de que es una de esas herramientas que funcionan para distintos propósitos, unos más oscuros que otros.

Y el más oscuro de todos es el propuesto por los analistas de la ecología del pensamiento. Estos académicos proponen que el hecho de que el movimiento ambientalista se haya hecho más fuerte después de la caída del imperio soviético indica que de cierta forma vino a sustituir el sentimiento de miedo de tantas décadas de “Guerra Fría”. Y el miedo ha sido utilizado por muchos gobiernos a través de la historia como una forma de control.  Además, más específicamente el hecho de que el movimiento anti-calentamiento global haya nacido durante una crisis petrolera en Inglaterra, propone que las razones políticas e imperialistas son el corazón del movimiento, y no las razones ecológicas que sus seguidores defienden. ¿Por qué creen que muchos políticos dicen preocuparse por el planeta, y hasta ofrecer fondos multimillonarios al respecto, si casi nunca saben de ciencia?

Y ahora llegamos al punto que ya he mencionado varias veces: la mezcla ciencia/política no es de confiar. Pero eso lo desarrollaré en otra ocasión. Por ahora se terminó el espacio.