No cabe duda que los tiempos navideños comienzan en México desde el 12 de Diciembre. ¿O a poco no les suenan los cantos a la Virgen de Guadalupe como a villancicos de Posada? Y, al igual que la Navidad (y de hecho hasta utilizando la misma técnica desde sus orígenes), la imagen de la Guadalupana no es más que un método mercadológico más que utiliza la religión para obtener nuevos y mantener a sus actuales feligreses.
Y que conste de una vez que la perspectiva de este artículo no es desde un punto de vista anti-guadalupano. Más bien anti-religioso en general. Lo menciono porque, investigando sobre el tema, encontré mucha información útil sobre los orígenes del Culto Guadalupano en nada más y nada menos que sitios web y libros Cristianos pero no Católicos. Sin duda, a la gente no le gusta ver la lagaña en el ojo propio sino solamente en el ajeno.
Conquistadores y conquistados
Si recuerdan algo sobre sus clases de historia de México, específicamente sobre la historia de la Conquista, se acordarán de que cuando llegaron los españoles a lo que sería nuestro país, éstos se encontraron que aquí ya existía una cultura; una cultura que era para ellos un estorbo a la hora de querer apoderarse del territorio y sus recursos. Es la misma historia de siempre. Nada del otro mundo… aunque esta vez para ellos si era otro mundo.
La manera de actuar típica de cualquier imperio conquistador es simplemente deshacerse de la cultura que ya existía, la cual normalmente resultaba menos “avanzada”. Y así lo hicieron a través de la historia varios imperios conquistadores. Sin embargo, algunas de las veces (cuando la cultura preexistente en el nuevo territorio era demasiado grande o compleja como para desaparecerla fácilmente) resultaba un mejor método el simplemente subyugar a la cultura autóctona, para aprovecharla como fuerza de trabajo.
Pero no todos los pueblos están dispuestos a dejar así nada más su herencia cultural cuando unos extranjeros los invaden. Y ese fue el caso de varias de las culturas mexicanas originales cuando los españoles intentaron subyugarlas. Y cuando el uso de la fuerza y la violencia no fue suficiente (o suficientemente práctica), los españoles tuvieron que utilizar un método probado a través de la historia para hacer más fácil la conversión a otra forma de pensar a los indígenas mexicanos: utilizaron la técnica de la adaptación de símbolos religiosos.
Como si fuera Mc Donald’s
De la misma forma que una franquicia debe adaptar su producto (por más genérico que éste sea) a la cultura del país en donde quiere comenzar a vender, los clérigos españoles se dieron cuenta de que si adaptaban sus símbolos religiosos a lo que los indígenas originalmente adoraban cuando las culturas se encontraron, éstos últimos comenzarían a aceptar la nueva religión cristiana como suya más fácilmente. Y con aceptar la nueva religión aceptaban el yugo español y dejaban de ser un problema para los conquistadores.
Y precisamente este simple método es lo que dio origen al Culto Guadalupano. No necesitó existir ni siquiera Juan Diego para que la Iglesia adaptara una virgen preexistente traída de España a una diosa Azteca (en este caso Tonantzin, o “nuestra madre”) venerada en el área del famos Cerro del Tepeyac. Solo se necesitaron uno que otro arreglo a la vírgen cristiana original para hacerla más ad hoc a la cultura indígena Azteca preexistente: hacerla morena y que “se apareciera” en el mismo cerro.
De ahí en adelante ya conocen la historia (o mejor dicho el mito) de las apariciones Guadalupanas. Además, ya podrán imaginarse por qué fue utilizada esa misma imagen siglos después por precisamente otro clérigo de la iglesia Católica para iniciar el movimiento de Independencia. El mismo método mercadológico fue utilizado en pocas palabras para convencer a los más ignorantes de que éstos se unieran a la causa de los que buscaban el poder. Deja vu de nuevo. ¿Qué les digo siempre de que la manera de funcionar de los seres humanos no ha cambiado en realidad en los últimos 100 mil años? Pero a la gente le gusta pensar que sí lo ha hecho.
Una mentira dicha mil veces…
¿Quiere otra prueba de lo que siempre escribo sobre la repetitividad natural del comportamiento humano? Solo basta recordar que hace algunos años, cuando comenzó el proceso que llevaría a la canonización de Juan Diego, inclusive miembros de la misma iglesia católica y guadalupana presentaron argumentos en contra de la veracidad del mito Guadalupano, considerando que no existían argumentos suficientes como para convertir en Santo al indígena a quien supuestamente se le apareció la Virgen de Guadalupe. Los alegatos llegaron al punto en que grandes cabezas del clero afirmaran que la aparición de la Virgen y la historia de Juan Diego fue solo un mito inventado que no tenía sustento histórico.
Cuando se le preguntó al pueblo y éste se dio cuenta en los medios, los feligreses llegaron a grafitear el templo con leyendas que proclamaban que expulsaran de la iglesia a los clérigos que afirmaban dicha blasfemia. A la gente ni le interesaron las pruebas a pesar de que vinieran de sus propios sacerdotes.
Pero, como la virgen de Guadalupe es una muy potente herramienta de manipulación de masas, la canonización se llevó a cabo años después. No cabe duda que en todos lados se cuecen habas. Tiempo después ya nadie supo nada sobre los alegatos de los inconformes. ¿Qué raro no?
Mientras a los de arriba les convenga que los de abajo piensen otra cosa.