Siguiendo con la serie Los Químicos que nos Mueven para sobrevivir y reproducirnos como especie, también existen los que promueven las relaciones interpersonales: esos químicos que traducimos en forma de sentimientos y que, como especie social, nos ayudan a vivir en pareja, en familia y en sociedad.
No necesitas a nadie para que tu sistema libere Dopamina o Endorfinas. En cambio, existen otros dos químicos, técnicamente neurotransmisores, que te mueven pero que dependen de las relaciones interpersonales.
La serotonina
Uno de estos es la serotonina (5-hydroxytryptamine). Este neurotransmisor producido en el tracto gastrointestinal y en el cerebro (sí, de hecho tu estómago es tu segundo cerebro), es comúnmente conocido como el químico responsable de mantener el balance del ánimo, ya que su déficit lleva a la depresión. Además, afecta el comportamiento social, el apetito y la digestión, el sueño, la memoria y el deseo y la función sexual. Por esto, algunos lo llaman el químico de la felicidad.
El precursor de la serotonina en nuestro organismo es el aminoácido triptófano, el cual encuentras comunmente en el pavo, pero existe en mayor cantidad en la carne de alce y león marino. Otras fuentes menos exóticas son algas, soya, claras de huevo y espinaca.
Pero la serotonina es también el químico del liderazgo. Como de manera simple pero concisa lo explica el autor y conferencista Simon Sinek, la serotonina es el químico que se encarga de fomentar las relaciones sociales y de promover como especie el concepto de status en el grupo a través del orgullo.
“Somos animales sociales y necesitamos el reconocimiento de los demás”, explica Sinek. “Por esto tenemos grandes ceremonias de celebración donde invitamos a nuestros amigos y nuestras familias, para hacerlos y hacernos sentir orgullosos de nuestros reconocimientos y logros”.
El químico del liderazgo
Que tu comunidad te vea recibiendo un reconocimiento aumenta tus niveles de serotonina. Y de la misma forma aumenta los niveles de serotonina de tus familiares y amigos al sentirse orgullosos de tus logros. En términos evolutivos esto fomenta la cohesión del grupo y el deseo de aumentar nuestro estatus en el mismo. Por esto se considera el neurotransmisor del liderazgo.
Y por razones que ya ya analizamos en un post de NelsonRazo.Com, el concepto de liderazgo ha sido necesario para la supervivencia de nuestra especie y lo sigue siendo hasta hoy. Necesitamos el reconocimiento de otros. La serotonina el químico que nos mueve a vivir en sociedad, porque vivir en sociedad nos ha funcionado para sobrevivir como especie en el planeta.
Sin embargo, en el mundo moderno podemos engañarnos a nosotros mismos y producir serotonina de maneras para las que no fue diseñada por la evolución.
Engañando al sistema
¿Por qué crees que te sientes muy bien cuando demuestras tu camisa o bolso de marca? En otras palabras, engañamos al sistema con superficialidades que solamente nos proporcionan el sentimiento de orgullo, pero con el mínimo o nulo fomento de la cohesión social para el que evolucionó la serotonina en nuestra especie.
Por eso es que las personas se hacen adictas a tener más. Porque el sentimiento de orgullo desaparece fácilmente sin el fomento de la cohesión social o el liderazgo efectivo que debería suceder al mismo tiempo.
En otras palabras, cuando la gente te demuestra admiración y respeto aumenta tu serotonina y en consecuencia aumenta tu confianza en ti mism@. Pero junto con ese sentimiento debería venir liderazgo que ayude al grupo a funcionar y sobrevivir. Es decir, solamente te sientes como un líder, como un miembro alfa del grupo, pero no aportas lo que deberías aportar para su beneficio.
¿Por qué crees que nos ofenden tanto esos políticos que solamente se aprovechan personalmente de su puesto y no hacen nada por la sociedad? No se trata de justicia. Se trata de biología básica.
El otro químico social, y el responsable evolutivo de ese sentimiento que llamamos amor, “el mejor químico de todos” como dice Sinek, es la oxitocina. Pero esa, como decía la nana Goya, es otra historia.