Para terminar la serie Los Químicos que nos Mueven, después de haber pasado por la dopamina, las endorfinas, la serotonina y el cortisol, ahora analizaremos cómo es que no eres en realidad consciente de las razones por las que sientes eso que llaman amor.
Junto con la serotonina que abordamos en un pasado post, existe otro neurotransmisor que también promueve las relaciones interpersonales, y más específicamente el tipo de relaciones cercanas con nuestros seres queridos.
En otras palabras la oxitocina es el que podemos llamar el químico del amor.
Sí, hasta el amor es química, literalmente. Y si deseas una explicación más completa de qué tanta química interviene en ese sentimiento, ya abordamos ese tema antes en La Química del Amor.
El caso es que, de la misma forma que la serotonina, la oxitocina requiere de relaciones interpersonales y al mismo tiempo las fomenta. Es decir, necesitas de los demás para producir oxitocina y para aprovechar sus beneficios. En pocas palabras, es el neurotransmisor del animal social por excelencia.
La oxitocina
La oxitocina es una hormona y un neuropéptido, sintetizada en el núcleo supraóptico y el núcleo paraventricular del hipotálamo. Juega un rol crucial en el enlace social, la reproducción en ambos sexos, y durante y después del nacimiento de los hijos.
En términos genéricos, la oxitocina es el sentimiento de amor, confianza, amistad; es la razón por la que nos gusta estar con nuestros amigos y con nuestra pareja aunque no hagamos nada en especial con ellos, sino simplemente disfrutar de la compañía.
La oxitocina es un neurotransmisor que evolucionó para promover las relaciones cercanas, para promover la confianza, el trabajo en equipo y la vida en familia. En otras palabras, es el químico que promueve el enamoramiento, la reproducción, el cuidado de los hijos y la cohesión familiar.
Así de importante es la oxitocina, y por eso el autor y conferencista Simon Sinek lo llama el mejor químico de todos. “La oxitocina es ese intenso sentimiento de seguridad, de que alguien te apoya”, asegura Sinek en sus conferencias sobre la importancia de comprender la química que hace funcionar al cerebro humano como animal social.
Cómo conseguir oxitocina
El neurotransmisor del amor de largo plazo no solamente requiere de relaciones interpersonales, sino además requiere tiempo para surtir los suficientes efectos. No generas oxitocina de la noche a la mañana ni solamente con conocer a alguien. Toma su tiempo alcanzar la concentración necesaria para provocar felicidad mutua.
¿Por qué crees que no puedes asegurar que amas a alguien como para decidir casarse después de solamente dos semanas de conocerse? En las etapas del proceso de enamoramiento, la oxitocina es uno de los elementos que mantiene la relación a largo plazo después de que los efectos primarios (el amor sexual y apasionado) ya no son los importantes.
Una manera de conseguir oxitocina es el contacto físico. De esta forma es como se fomenta desde el nacimiento el enlace madre-hijo; es por esto que existen los saludos de mano para concluir un trato, y los abrazos cuando te encuentras amigos o familiares apreciados después de un tiempo de no verlos.
¿Sabes cuándo también se libera oxitocina? En el mayor acto de contacto físico: las relaciones sexuales.
Así que ya podrás imaginarte que esta es la principal razón por la que una de las reglas de la vida en pareja es la de no dejar de lado las relaciones sexuales y el contacto físico en general; y por la que el comediante Franco Escamilla (mitad bromeando, mitad en serio) menciona queunq vez te hayas casad@ “sabrás lo que es cenar frío y coger a güevo”.
El químico de la generosidad
Pero este químico no solamente se consigue con el contacto físico: otra manera de conseguirla es a través de actos de generosidad humana.
Resulta que la oxitocina también es liberada en nuestro organismo al llevar a cabo actos de generosidad en favor de otras personas. Para fomentar el apoyar a nuestros semejantes en favor de una funcional vida en comunidad, como animales sociales nos sentimos bien al ser generosos debido a este químico, lo cual promueve este tipo de acciones.
Y eso no es todo, ya que también libera oxitocina alguien que presencia algún acto de generosidad hacia alguien más. Es decir que también te hace sentir bien cuando ves que alguien hace algo altruista en beneficio de alguien más.
Y en consecuencia lo más probable es que después de que hayas visto que alguien ayuda desinteresadamente a alguien más, tú también lo hagas por alguien más en consecuencia.
Y por si todo lo anterior no fuera suficiente, la oxitocina además inhibe la tendencia a las adicciones además de reforzar tu sistema inmune: cuando tienes suficiente oxitocina en tu sistema, es menos probable que te hagas adict@ a alguna substancia o a un mal hábito, además de que sufrirás menos enfermedades.
Es más, hasta te ayuda a pensar más claramente y resolver problemas.
Y todo esto sin provocar adicción, como sucede por ejemplo con la dopamina.
Pero, como todo lo bueno, acumular suficiente oxitocina toma tiempo y esfuerzo. Así que, para empezar, no confundas las relaciones digitales con las reales.