¿Alguna vez te has preguntado por qué con los avances de la civilización, la medicina y la tecnología aun tenemos enfermedades y hasta padecimientos que son mucho más comunes y mortales hoy que antes?
¿No se supone que el avance de la humanidad viene con menos problemas de salud? Después de todo ya existen varias enfermedades que están prácticamente erradicadas y constantemente sigue aumentando la edad promedio de vida en todos los países del mundo.
¿Por qué entonces a pesar de hoy vivir más, vivimos con menos salud que antes?
Disonancia evolutiva
La respuesta ya la saben si leen este seguido este blog. La mayoría de los problemas de salud que tenemos en la modernidad no son los mismos que tenían nuestros ancestros por una sola razón: la diferencia del ambiente en el que evolucionó el ser humano y el que desde unos siglos a la fecha hemos creado gracias a la civilización.
El ambiente de adaptabilidad evolutiva en el que vivieron nuestros ancestros desde hace 100 mil años hasta hace menos de 10 mil (con la adopción de la agricultura) adaptó el cuerpo humano a ciertos alimentos y cierto estilo de vida que hoy muy pocas personas en el planeta consumen y llevan.
Esta descoordinación o disonancia entre individuo y ambiente lleva naturalmente a una serie de problemas que, si bien al principio pueden no parecer de importancia, con el tiempo se convierten en bolas de nieve que después ya son prácticamente imparables.
Para muestra solo necesitamos tomar las ahora famosas enfermedades degenerativas.
Enfermedades de la edad
Para nuestros ancestros era muy raro morir de cáncer. De hecho era muy raro que siquiera lo desarrollaran. Lo mismo pasaba con la temida enfermedad del Alzheimer y la hoy casi obligatoria diabetes.
Hoy en día estas tres condiciones son prácticamente esperadas con el avance de la edad, especialmente por quienes viven en países en desarrollo y desarrollados.
Es casi una regla que viejo tendrás diabetes, cáncer o Alzheimer. Posiblemente hasta las tres.
Pero no siempre fue así. Y no solamente porque nuestros ancestros en promedio morían a los 35 años, y por lo mismo tenían menos posibilidades de llegar a la edad cuando es más probable desarrollar alguna o varias enfermedades degenerativas.
Esto lo corroboramos con estudios de los restos de ancestros que sí llegaban a una edad avanzada y no muestran signos de haber padecido las enfermedades degenerativas a las que hoy tememos. Es decir que los pocos de nuestros ancestros que llegaban a la tercera edad lo hacían naturalmente saludables y con mucha más vitalidad que el común de hoy.
En otras palabras, antes de la adopción de la agricultura y la tecnología moderna, los viejos envejecían mejor y morían de causas naturales: morían de viejos, no de alguna enfermedad degenerativa como las modernas.
Este precisamente es el área de acción y estudio de la medicina evolutiva.
La base de la Medicina evolutiva
Por fortuna soy una de las cada vez más escasas personas que puede decir que tuvo una abuela que murió a causa de su avanzada edad y no por alguna enfermedad degenerativa.
Llegó a los 98 años lúcida y, para mi abuela paterna, el más común de sus padecimientos esporádicos fue la gripe. Al final de su vida solamente tenías que hablarle más fuerte, y podías platicar con ella como siempre.
¿Cómo podemos hacerle como mi abuela, o inclusive llegar a los 100 años y morir de viejos y no de cáncer, diabetes o Alzheimer?
La medicina evolutiva es un relativamente nuevo campo que se dedica a comprender las razones por las cuales existen las enfermedades desde el punto de vista de la evolución, para encontrar sus orígenes y las maneras por las cuales se puedan no solamente curar, sino principalmente evitar.
Sin reemplazar a la medicina tradicional, la medicina evolutiva ya está sentando las bases de una medicina que se va al origen, una medicina proactiva que no solamente busca resolver un problema cuando ya existe sino evitar que el problema se genere.
Necesitamos saber más
Este tema es muy interesante, complejo y tiene mucha tela de donde cortarle, así que en próximos posts lo seguiremos analizando. Por ahora les recomiendo, si no lo han hecho, leer los siguientes artículos relacionados que les servirán para conocer algunos de los secretos de longevidad de mi abuela, y además servir de base para los temas que siguen.
Los beneficios de aguantar el hambre
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