La enfermedad de Alzheimer explicada

No te han contado toda la historia. Tienes esperanzas.

La enfermedad de Alzheimer explicada

Todos hemos ya oído sobre esta enfermedad. Algunos lamentablemente sabrán hasta de casos de personas cercanas y han vivido el martirio que es la enfermedad de Alzheimer en la familia, no solamente para quien la padece, sino también para todos sus seres queridos.

Pero, ¿qué es exactamente la enfermedad de Alzheimer? Y mucho más importante ¿por qué existe?

Ya verán por qué no consideré mucho más importante la pregunta ¿cómo evitarlo? Sigan leyendo.

¿Qué es la enfermedad de Alzheimer?

La enfermedad del Alzheimer es una de esas condiciones conocidas como padecimientos de la edad. Malamente.

También se conoce como una enfermedad de la opulencia o de la modernidad. Y esto con justa razón: es un padecimiento resultado del avance de nuestra civilización y del desarrollo industrial. ¿Por qué?

No solamente porque el avance de la sociedad nos permite vivir más en promedio que nuestros ancestros (lo cual ya de por sí nos expone a que más gente llegue a la edad en la que es mucho más probable desarrollar la enfermedad de Alzheimer), sino porque, como veremos enseguida, lo que ahora hacemos y ahora comemos promueve su desarrollo.

Alzheimer, placas y enredos neurofibrilares

Inflamación Cerebral

Estudiada hasta 1901, esta condición (dejemos de llamarle enfermedad todo lo que podamos) fue nombrada en honor al psiquiatra alemán Alois Alzheimer, quien la describió por primera vez en una paciente que antes de morir mostraba dificultad para dormir, memoria trastornada, cambios drásticos de estado de ánimo y confusión que iba incrementando.

Lo que descubrió después de la autopsia probó que el problema residía en irregularidades en la estructura de su cerebro: encontró proteínas mal dobladas llamadas enredos neurofibfrilares (agregados de proteína tau hiperfosforilada) que descomponen gradualmente la estructura del cerebro.

También encontró placas de beta amiloide, las cuales bloquean las señales comunicativas de las neuronas (en las sinapsis) y además activan reacciones inmunes que causan la destrucción de las células nerviosas que van dejando de funcionar bien.

Por si esto fuera poco, esta condición destruye las vías por las cuales las neuronas reciben nutrientes, promoviendo su muerte lenta.

Condición progresiva

La destrucción de neuronas comienza en el hipocampo, y es por esto que las personas con Alzheimer comienzan perdiendo la memoria de corto plazo (“¿dónde demonios puse las llaves?”).

Las placas y enredos neurofibrilares invaden después otras partes del cerebro: en la parte frontal destruyen el razonamiento lógico, después pasan a la parte reguladora de las emociones, y una vez en la parte superior del cerebro causan alucinaciones. Cuando llega a la parte trasera, borra tus memorias de largo plazo. Hasta que llega a la parte que controla los órganos vitales, causando la muerte.

Médicamente, en la actualidad solo se trabaja en alentar su progreso. Un método que se estudia es la terapia con Acetilcolina, que reduce la destrucción de este mensajero cerebral. También se trabaja en una vacuna que ataca las placas betaamiloideas antes de que formen agregados.

Disonancia Biológica

Nuestro cerebro evolucionó para evaluar información muy variada al mismo tiempo durante toda la vida (que en los tiempos de nuestros ancestros era relativamente corta). Sin embargo ¿qué es lo que hacemos hoy en día con ese órgano tan poderoso?

Muy poco, comparado con nuestros ancestros.

Para muestra solo hay que aceptar que la gran mayoría de la gente moderna ni siquiera sabe de dónde viene y cómo se procesa el atún que comemos de una lata.

En cambio nuestros ancestros, solamente para poder alimentarse, debían procesar la información de un sinnúmero de características de su ambiente; desde las señales de cómo estará el clima, olores y sabores de las plantas de los lugares donde cazaban, calcular la velocidad a la que se movía su presa y a la que debían moverse ellos, conocer la alimentación de la fauna endémica, inclusive distinguir entre un animal y otro de la misma especie. Eso sin contar los pormenores de la interacción social en la aldea. En fin.

En cambio hoy en día, con el avance de la civilización, cada persona puede ocuparse de solamente un tipo de trabajo cada vez más especializado, dejando a lado el resto de conocimiento sobre el mundo. Sin mencionar que de la misma forma, en nuestra vida diaria, en realidad podemos saber muy poco y aun así sobrevivir y dejar progenie.

¿Qué tiene que ver esto con la temida condición de Alzheimer? Ya veremos.

¿Por qué existe la enfermedad de Alzheimer?

A pesar de lo que hasta profesionistas de la medicina dicen y (peor aún) creen, la enfermedad de Alzheimer no es producto del envejecimiento normal.

Existen tres factores que lo promueven y que hasta en la modernidad se juntan en ciertas condiciones como la opulencia y el ambiente de un país desarrollado o en vías de desarrollo.

  1. Con el paso de los años naturalmente se forma cierta cantidad de placas betaamiloideas, cantidad que aumenta con el tiempo. Entre más vives, más placas se forman.
  2. Puedes heredar, por ejemplo el gen APOE4, que promueve la formación de placas en el cerebro.
  3. Tu estilo de vida (lo que comes, lo que haces y lo que dejas de dormir) puede promover la formación de placas y enredos neurofibrilares.

Antes que nada, debe quedar claro que cualquiera de los tres por separado no significa que irremediablemente sufrirás de Alzheimer. Puedes llegar a los 90 años sin síntomas (yo tuve a mi abuela de ejemplo), y puedes inclusive haber heredado el gen de tus padres y nunca desarrollar la condición.

Pero pensemos negativamente: digamos que por los primeros dos puntos, no puedes hacer nada. ¿Qué con el tercero?

El cerebro con Alzheimer

Cómo evitarlo

Evitar el Alzheimer es relativamente simple: evita acostumbrarte tanto al ambiente moderno, como a la alimentación procesada que promueven la inflamación, y muy seguramente podrás llegar a tus 80 años o más, lúcid@ y con solamente el deterioro normal de tus funciones tanto físicas como mentales.

Claro que es mucho más fácil decirlo que (para muchos) lograrlo.

La comodidad de la vida moderna hace a muchos darse cuenta de lo que deben hacer para promover su salud de largo plazo hasta que ya es obligatorio, ya les queda poco tiempo para lograrlo… o ganas y motivación para hacerlo.

Sin embrago, está ya comprobándose con varios estudios que otra razón para la cual ocuparte de llevar una vida sana, es evitar la enfermedad del Alzheimer. El ejercicio aeróbico (cardio) y una dieta saludable para el corazón aminoran las probabilidades de desarrollar esta temida condición.

¿Y toda la información que tenían que procesar nuestros ancestros?

Según varios expertos en Alzheimer, entre quienes destaca la neurocientífica de la Universidad de Harvard, Lisa Genova (también autora de la popular novela Still Alice), aun si no pudieras evitar el Alzheimer debido a tendencia genética y una vida poco saludable, puedes hacer algo para evitar la temida condición en tu vida adulta mayor: fomentar la creación de nuevas conexiones neuronales.

“¿Qué?”

Simple: aprende cosas nuevas siempre y, aun si comienzas a desarrollar la condición, puedes morir sin nunca haberlo notado. Ni tú ni los demás.

Los síntomas del Alzheimer son resultado de la perdida de conexiones neuronales en tu cerebro, el cual, aceptémoslo, la mayoría no pone a trabajar de la manera debida. Y ponerlo a trabajar es lo que genera conexiones sinápticas.

Y entre más conexiones neuronales generes, más tardarán en afectar las placas betaamiloideas y los enredos neurofibrilares por una simple razón: tendrás neuroconexiones extra.

Pero si te ocupas de todo lo que implica el tercer punto, hasta puedes restringir lo que los primeros dos puntos promueven del Alzheimer. ¿Por qué conformarte solo con aprender para mantener a raya la condición? La comodidad no te ayuda en realidad, así que ¿por qué recurrir a la última opción hasta que ya no puedes hacer otra cosa?

Además, admitamos que para muchos es más difícil seguir aprendiendo que ponerse a hacer ejercicio. Díganme que no es cierto.

Para otros, peor aún, les resulta difícil tanto hacer ejercicio como aprender.

Ahí calcula tu caso.

Seguiremos con el tema.